plaza insurgentes
Las candidaturas que no llegaron y las que aún no llegan
Raúl Contreras
En medio de un proceso electoral cada vez más complicado, las inconformidades de quienes no podrán obtener la candidatura para contender por un cargo de elección popular empiezan a aparecer.
A través de declaraciones, entrevistas y convocatorias a ruedas de prensa, algunos precandidatos dan su propia versión de los hechos, en donde invariablemente denuncian las presuntas irregularidades en las que habrían incurrido las dirigencias de su respectivo partido político, entre otras: venta de candidaturas, promociones personales, favoritismo, bloqueo, procesos internos amañados, marginación y autoritarismo.
Uno de estos casos es el de Joaquín Enrique Herrera Saucedo, quien en el pasado proceso electoral local se registró como candidato a presidente municipal de Papalotla por el Partido Acción Nacional (PAN), y hoy pretendía obtener la candidatura a diputado federal por el distrito dos, bajo las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Sin embargo, de acuerdo a la normativa del partido tricolor en su Base Décima, Numeral 5, Inciso e), se establece que quienes aspiren a un cargo de elección popular deberán no haber sido dirigentes, candidatos ni militantes destacados de partido o asociación política antagónica al PRI. Por lo tanto, Herrera Saucedo estaría imposibilitado para ser electo candidato a diputado federal.
Existen otros casos en donde los presidentes de partido habrían incurrido presumiblemente en la auto promoción de sus intereses personales, o bien, en la venta de candidaturas, como lo ocurrido en el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), presididos por Carlos Carreón Mejía y Juan Manuel Cambrón Soria, respectivamente.
En el primer caso frenaron las aspiraciones del diputado local panista Juan Carlos Sánchez García, quien se perfilaba con altas probabilidades de ganar la contienda electoral en el tercer distrito federal el próximo 1 de julio.
No obstante, la mesura y sensibilidad política con la que viene actuando el diputado panista seguramente le habrá de redituar, en un futuro no lejano, llegar a ocupar otro cargo de representación popular, sea local o federal, ya que el arraigo que ha logrado acumular en su corta carrera política está demostrado en sus continuos recorridos que realiza por los distintos municipios que conforman el distrito tres electoral federal, así como otros municipios del territorio tlaxcalteca.
Otro ejemplo es el del ex presidente municipal de San Pablo del Monte, el perredista Salvador Méndez Acametitla, quien aspira a obtener la candidatura a diputado federal por el distrito dos, cuya situación habrá de definirse dentro de su partido en los próximos días.
Mientras que de Herrera Saucedo se desconoce su trabajo político desempeñado dentro de las filas del partido albiazul, así como las causas que lo orillaron a buscar refugio en el partido al que ahora acusa de obstaculizar sus aspiraciones por convertirse en el candidato a diputado federal por el distrito dos.
Y no se necesita ser un experto en política para predecir una posible derrota de la eterna dirigente de la Sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) Blanca Águila Lima, quien ha sido severamente cuestionada en su trayectoria política; recordemos que durante su función como presidenta municipal de Zacatelco enfrentó graves problemas sociales. Igual que la animadversión que sintió Pedro Pérez Lira durante su mandato como presidente municipal de Tlaxcala.
Casos como estos seguramente se seguirán presentando por todos aquellos precandidatos que al no ser tomados en cuenta dentro de su partido, amagarán con llegar ante los tribunales correspondientes en aras de obtener algún beneficio propio.
Así ocurre con los políticos que van de partido en partido buscando satisfacer intereses personales.