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El caso de la bestialidad humana en Acatlán de Osorio
Raúl Contreras Flores
El pasado miércoles por la tarde miles de ciudadanos nos enterábamos por medio de las redes sociales, del acto infrahumano que se había acabado de cometer en contra de dos personas en el llamado corazón de la mixteca poblana, la ciudad de Acatlán de Osorio, una de las regiones más pobres del estado.
Una turba enardecida instigada por no más de 10 personas lincharon y quemaron vivos a Alberto Flores Morales de 53 años de edad campesino de oficio, y a Ricardo Flores Rodríguez de 21 años estudiante de Derecho en el estado de Veracruz, tras haber sido falsamente acusados de intentar secuestrar a menores de edad en la localidad de San Vicente Boquerón.
De acuerdo a distintas versiones difundidas en medios digitales y redes sociales, se coincide en resaltar la muy probable negligencia con la que actuaron tanto el director de la policía municipal, como el alcalde Guillermo Martínez Rodríguez, -tío de la presidenta municipal electa María del Carmen Nava Martínez-; ya que ambas autoridades no siguieron el protocolo de actuación establecido ni se enviaron negociadores por parte de la presidencia municipal, tampoco se informó en tiempo y forma a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) ni a la Secretaría General de Gobierno (SGG). Prácticamente, ambos funcionarios desaparecieron de la escena del crimen.
Por medio de la entrevista realizada por un reportero del Diario Cambio a un ciudadano que fue testigo presencial de estos cobardes asesinatos (www.diariocambio.com.mx/2018/regiones/la-mixteca/item/25385-linchados-de-acatlan-estaban-borrachos-y-retaban-a-la-turba), se sabe que el conflicto inició alrededor de la una de la tarde de ese negro miércoles 29 de agosto en la localidad de San Vicente Boquerón, lugar donde fueron retenidos Alberto Flores Morales y su sobrino Ricardo Flores Rodríguez, acusados por pobladores de esa comunidad de ser presuntamente robachicos.
Con el apoyo de la fuerza pública fueron trasladados y encerrados en la cárcel, localizada a un lado de la presidencia municipal, aunque iban a ser liberados momentos después al no encontrar elementos que implicaran su responsabilidad en la comisión de algún delito grave, ya que en el reporte de su detención sólo se acusaba la ingesta de bebidas alcohólicas en la vía pública, decisión que enardeció a los acusadores.
Acto seguido inició la incitación a la población por parte de al menos cuatro sujetos plenamente identificados, para sacar a los presuntos secuestradores de menores y hacer justicia por propia mano, estos son: 1. César El Chicharra Juárez, principal instigador y líder de la turba, de quien se dice es taquero de oficio; 2. Francisco N., el que realizó la transmisión del linchamiento y quema de los cuerpos en vivo, vía Facebook; 3. Petronilo N., El Paisa, quien se dedicó a convocar a la población a reunirse e impedir la liberación de los presuntos robachicos, a través del perifoneo que realizaba en un automóvil de su propiedad, actividad a la que se dedica; 4. Manuel Murillo Guzmán, señalado como un ebrio consuetudinario de aproximadamente 59 años de edad.
Se dice que los primeros dos sujetos, después de las atrocidades cometidas, huyeron con rumbo desconocido, en tanto que los dos últimos fueron detenidos la mañana del pasado sábado al contarse ya con órdenes de aprehensión y cateo. La Fiscalía General del Estado (FGE) aportó datos de prueba y obtuvo prisión preventiva contra Petronilo N., quien fue puesto a disposición del Juez de Control tras ser imputado por los delitos de homicidio calificado; mientras que el segundo fue llevado al Centro de Salud de Acatlán para estabilizarlo, ya que al momento de su detención se sintió mal al padecer de cirrosis hepática en etapa terminal. Posteriormente fue trasladado al Hospital General de Izúcar de Matamoros, donde finalmente falleció.
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Existe historial médico y entrevista de quienes lo atendían previamente y se realizará la necropsia con intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Estado a fin de que se constate plenamente la causa de la muerte, detalló la dependencia en el comunicado. (www.periodicocentral.mx/2018/pagina-negra/crimen-y-castigo/item/19968-detenido-por-el-linchamiento-de-acatlan-murio-de-cirrosis-hepatica-fiscalia).
De acuerdo al testigo presencial, cuya identidad se mantiene en el anonimato por obvias razones, la turba asesina tardó en sacar de la cárcel a sus víctimas aproximadamente dos horas, es decir, que alrededor de las tres de la tarde, después de amarrar y golpear a los originarios de la comunidad de Tianguistengo, les prendieron fuego aun estando con vida.
En ese lapso de tiempo, casi dos horas, cualquier corporación policíaca de los municipios vecinos hubiese llegado sin ningún problema a prestar auxilio, recordemos, incluso, que en Izúcar de Matamoros se encuentra un Arco de Seguridad y los policías en 30 minutos o menos hubiesen hecho acto de presencia. Pero no, no fue así, las autoridades municipales de Acatlán de Osorio, personificadas por el comandante de la policía y el presidente municipal actuaron con negligencia, con irresponsabilidad, fueron omisos y deben ser sujetos de investigación para fincar o deslindar responsabilidades, estos actos de barbarie humana no deben quedar impunes.
Flotan en el aire varias dudas: ¿por qué no se pidió ayuda?, ¿por qué no se llamó oportunamente a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)?, ¿por qué no se informó a la Secretaría General de Gobierno (SGG)?, ¿qué hay detrás de este linchamiento y quema de cuerpos con vida?, ¿a qué otras actividades se dedica el presunto taquero César El Chicharra Juárez?, ¿por qué los policías que resguardaban la prisión se hicieron a un lado y dejaron pasar a la turba, acaso recibieron órdenes de alguien?
Entre las cinco y seis de la tarde todo estaba consumado, el deleznable acto de bestialidad humana había terminado, mancillando así el nombre de este hermoso y noble pueblo. Sólo quedaban unos cuantos mirones y familiares de las víctimas que ya habían llegado, quienes todo lo habían presenciado a través del Facebook sin poder hacer nada ante la turba enardecida de esas bestias humanas.
A la fecha, con el apoyo de decenas de videos que circulan en las redes sociales y que dan cuenta detallada de lo sucedido, ya se tienen identificadas a cerca de 30 personas que habrían participado en estos actos de barbarie, sólo se está en espera de que se liberen las órdenes de aprehensión y cateo para ir en su búsqueda.
La captura de estos asesinos debe llevarse a cabo a la brevedad, y sentar un claro precedente de que no se debe actuar con ligereza ante falsas acusaciones, como en este caso que enlutó dos hogares, dejando a una esposa y tres hijos en la orfandad, y mutilar las esperanzas en otra familia de tener un profesionista del derecho que con tanto sacrificio cursaba sus estudios universitarios en el estado de Veracruz.
Es cierto, en México vivimos desde hace más de dos décadas una marcada espiral de violencia, los medios locales y nacionales reportan a diario decenas de muertes ocurridas en medio de esa ola de violencia. Frente a este escenario, es necesario como urgente revisar y reformar el sistema penal acusatorio para evitar que quienes delinquen encuentren la puerta giratoria que los hace entrar y salir casi de inmediato de la prisión; circunstancia que provoca ira en la población al sentir que no se aplica la justicia y, contrariamente, se defiende al delincuente.
Conozco la zona, he recorrido varios de los municipios que integran el distrito 23, la gente es noble, trabajadora, aunque también la pobreza es evidente y factor determinante en la expulsión de migrantes hacia los Estados Unidos.
Foto/tlaxcultuarte
Y Acatlán de Osorio, como otros municipios más, está expuesto ante la presencia de la delincuencia organizada, recordemos sus linderos con los estados de Oaxaca y Guerrero, entidades donde opera el cártel de Los Rojos. Sin olvidar el caso de Ayotzinapa, por supuesto.
Por eso, para nadie es un secreto que por estos rumbos el trasiego de droga es una realidad, que la presencia del citado cártel es del conocimiento de las autoridades municipales; como se recordará, hace pocos días acaba de cumplirse un año de la presencia de la Marina y personal de la FGE, quienes vinieron a este municipio a rescatar dos caballos, el Ocre e Ibérico, propiedad de la empresa Pedro Domecq, que gracias a los chips con GPS que tienen implantados se dio con su paradero. Equinos que habían sido robados en un falso retén policíaco implementado por miembros de este grupo delictivo en el tramo carretero Izúcar de Matamoros-Acatlán de Osorio. (www.diariocambio.com.mx/2017/regiones/la-mixteca/item/18008-chip-de-los-caballos-domecq-llevo-al-zoologico-del-lider-de-los-rojos-en-acatlan).
Tristemente, hoy los Tecuanes están de luto.
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