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Entre titubeos y nerviosismo inició la LXIII Legislatura local
Raúl Contreras Flores
En medio del desconcierto y la incertidumbre provocados por los integrantes de la extinta Comisión Permanente de la LXII Legislatura local -entonces presidida por el ahora ex diputado Juan Carlos Sánchez García-, a causa del incumplimiento de lo establecido en el Reglamento Interior referente a la conclusión e inicio de la Legislatura, finalmente el pasado miércoles entre titubeos y nerviosismo se llevó a cabo la rendición de protesta de los diputados de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de Tlaxcala.
En este nuevo escenario legislativo se pudo apreciar, desde la pausada aparición de los nuevos diputados que iban al encuentro de su respectiva curul, un ambiente de verdadero pueblo, con caras poco conocidas y otras francamente desconocidas, incluso para quienes les ofrecieron su voto. Atrás habían quedado los apellidos de renombre, aquellas dinastías políticas tlaxcaltecas que por décadas usufructuaron en su propio beneficio el poder; los modelos exclusivos de ropa de marca, el fino calzado y los exquisitos aromas también estaban ausentes.
Como ausente quedó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien sólo logró acomodar en tiempo de compensación, después de sortear litigios en los tribunales electorales, a la diputada plurinominal Zonia Montiel Candaneda como su única representante en la actual Legislatura. Hecho que habrá de quedar registrado en los anales de la negra historia del partido tricolor que por largas décadas fue el único como hegemónico partido político en Tlaxcala.
De igual manera, como un hecho inédito en la reciente historia política de Tlaxcala, por primera vez la mayoría de curules del Congreso local quedaba en manos de un partido que a cuatro años de su creación arrasó en los comicios del pasado primero de julio, es el caso del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que junto con el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), a través de la coalición Juntos Haremos Historia tienen la mayoría legislativa.
En efecto, una coalición que llega con más dudas que certidumbre, ya que casi todos sus integrantes triunfaron gracias a la imagen y trabajo político del hoy presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Y fue tan evidente la falta de cooperación y coordinación institucional que existió entre los diputados salientes y los recién llegados que, ante la carencia de un simple atril de mesa, la diputada Luz Vera Díaz tuvo que dar lectura a su discurso prácticamente agachada, y en esta incómoda posición rendir protesta a su cargo como presidenta de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado de Tlaxcala.
Situación que provocó más nerviosismo en la diputada de extracción pesista, que se tradujo en continuos errores en la lectura de sus discursos.
Así, y con amplias expectativas generadas entre la población que de manera abrumadora dio su voto y confianza a los hoy diputados locales de la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por Morena-PT-PES, arrancaba una nueva historia en el Congreso del Estado. Expectativa que comprende la ofrecida cuarta transformación del país basada en los tres principios rectores enarbolados por su líder nacional: No mentir, No robar, No traicionar.
En tanto que los ex diputados salían por la puerta de atrás, dejando tras de sí una larga lista de asuntos pendientes y la absurda remodelación del recinto legislativo que, prácticamente, lo convirtió en una ratonera. Quedando en manos de la nueva Legislatura revisar la aplicación de los 25 millones de pesos en esa remodelación, así como la aprobación de cuentas públicas que, al parecer, hicieron fuera de la norma legislativa.
Un día después, en la primera sesión ordinaria de la 63 Legislatura, se definía la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política, la cual quedó en manos del diputado Víctor Manuel López Báez, en tanto que Rafael Ortega Blancas quedaba al frente del Comité de Administración, en ambos casos la elección fue de manera unánime.
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No se puede dejar de señalar el evidente nerviosismo que siguió estando presente en la presidenta de la Mesa Directiva Luz Nava Díaz, quien nunca pudo pronunciar la palabra concertación y sustituirla por la de concentración. Mal hacen sus compañeros al no corregirle esas deficiencias que demeritan su importante labor que, sin ser quizá un asunto de fondo, sí deja muy mala impresión de quien preside ese importante cargo.
Tampoco se puede dejar de mencionar al atraso de dos horas con el que dio inicio esa primera sesión de trabajo legislativo.
Mucho trabajo y muchas son las expectativas que están obligados a cumplir los diputados de la coalición Juntos Haremos Historia, sobre de quienes pesa la mirada del pueblo tlaxcalteca, por cierto, la entidad que mayor apoyo ofreció a ésta -en proporción al tamaño de su población-, apenas atrás de Tabasco, el estado natal del próximo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.