12 de marzo de 2025
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Raúl Contreras Flores

Tlaxcala, Tlax., 7 de abril de 2019.- El pasado jueves, alrededor de las 19 horas, personal de seguridad privada del Hospital General de Tlaxcala (HGT) de la Secretaría de Salud (Sesa), específicamente dos guardias femeninas que se encontraban de servicio en el área de ingreso a hospitalización, generaron un problema con el esposo de una paciente que horas antes había dado a luz a una niña, la que en esos momentos se encontraba en delicado estado de salud.

De acuerdo a la normatividad hospitalaria la hora de visita ya había concluido, sin embargo, al esposo le urgía informar de un asunto familiar a su pareja, por lo que, de manera respetuosa pidió apoyo a la trabajadora social para que le autorizara ingresar por no más de cinco minutos, y dadas las circunstancias que atravesaban en esos momentos a causa de la gravedad de su hija, de manera humana y sensible accedió a dar su autorización.

Al momento de intentar ingresar al área de hospitalización, y no obstante llevar el pase correspondiente en mano, la guardia de nombre Yazmín “N” de manera altanera, prepotente y déspota le impidió el paso y de inmediato se levantó de su lugar para ir a recriminarle a la trabajadora social el porqué había otorgado tal permiso.

Quien esto escribe, al notar la actitud desproporcionada de la empleada de seguridad privada, empezó a realizar una transmisión en vivo para hacer del conocimiento público los excesos de esa persona, quien al ver esta acción se acercó e intentó arrebatar el teléfono celular con el que se había iniciado dicha transmisión; lo demás se puede observar a través de https://web.facebook.com/Tlaxcultuarte/videos/338653913430797/?epa=SEARCH_BOX

Estos lamentables hechos que pudieran parecer triviales, excesos de “influyentismo”, o peor aún, ser un mero “chisme”, tienen un trasfondo en cuanto a la funcionalidad y servicios que se ofrecen en las dependencias públicas, en este caso, las destinadas a la salud en el estado de Tlaxcala -y no me voy a referir, por ahora, a la cuestión de la falta de médicos especialistas, de médicos de guardia, del servicio nocturno, de la falta de medicamentos básicos, de equipo médico o a la falta de sensibilidad y humanismo de algunos médicos y enfermeras, en donde el sindicato tiene una responsabilidad importante. Temas que más adelante iremos abordando-.

Explico el porqué: hasta hace algunos años la función administrativa de las diferentes dependencias públicas municipales, estatales o federales estaba exclusivamente en manos del personal adscrito en cada una de ellas, y la vigilancia o seguridad recaía en los cuerpos policiacos o militares correspondientes.

Sin embargo, en los últimos sexenios los gobiernos, comenzando por el federal y replicado en los otros órdenes de gobierno, iniciaron con la subrogación total o parcial en la prestación de servicios, entre otros: estancias infantiles, servicios médicos, laboratorios químicos, mantenimiento, limpieza y, por supuesto, la seguridad. Es decir, se privilegió el otorgamiento de contratos a particulares para la prestación de esos servicios, en lugar de fortalecer la estructura pública.

En el caso de la seguridad comenzaron a aparecer infinidad de empresas, algunas de ellas propiedad de ex funcionarios policiacos o personas que ocuparon algún cargo dentro de las fuerzas armadas. Y, al ser asuntos de carácter privado, se desconoce la composición de estos cuerpos de seguridad; es decir, no se sabe si existe la aplicación de exámenes de control y confianza, psicológicos y psicométricos, o si se imparten cursos de capacitación y respeto de los derechos humanos al personal que labora en estas empresas.

En todo caso, corresponde al titular de la Sesa Alberto Jonguitud Falcón, informar las razones por las cuales se contrató a la empresa que tiene bajo su resguardo la “seguridad” de las instalaciones del HGT.

Sobre todo porque son centenas las quejas emitidas por usuarios de éste y otros hospitales administrados por el gobierno que encabeza Marco Antonio Mena Rodríguez. Baste revisar los comentarios expresados en las redes sociales a raíz de la transmisión de los hechos señalados líneas arriba, y que no denotan sino un hartazgo de los ciudadanos.

Queda claro que de muy poco sirve construir o remodelar clínicas y hospitales públicos si no se cuenta con medicamentos básicos, personal médico y de enfermería con sentido humanista, y cuerpos de seguridad que respeten los derechos humanos. La población tlaxcalteca exige una revisión a fondo en esta materia y que el gobernador Marco Mena esté debidamente enterado de esta anómala situación.

Aprovecho este espacio para dar voz a uno de los cientos de comentarios aparecidos en Facebook que cuestiona: ¿Por qué el personal de seguridad privada asume funciones administrativas, las que se supone son responsabilidad del personal adscrito a la unidad hospitalaria correspondiente?

Y si de replicar se trata, ojalá la subrogación total o parcial de servicios, los cuales deben ser ofrecidos de acuerdo a la Constitución por parte del Estado Mexicano y los gobiernos estatal y municipal, inicie su término, tal como ya lo inició el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.

Finalmente, informar que la bebita recién nacida, a causa de diversas complicaciones, falleció.

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