4 de julio de 2025
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  • Ojalá el gobernador  Marco Mena contemplara la terminación de la Plaza Bicentenario, lo que sin duda sería una excelente decisión, obra que se sumaría a las otras tres importantes que se encuentran en proceso de construcción: la modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco, el Hospital General de Tlaxcala y la ampliación del Estadio Tlahuicole.

Raúl Contreras Flores

El día de ayer al caminar por las generosas explanadas de la hasta hoy fallida Plaza Bicentenario, recordé que en el proyecto de este conjunto arquitectónico cultural estaba contemplada la construcción de un ágora con capacidad para 300 personas cómodamente sentadas en el graderío de concreto.

La curiosidad me venció y fui a asomarme al anfiteatro. Afortunadamente, los ocho años de abandono que ha padecido la inacabada obra no han afectado sus condiciones físicas, tanto muros, como gradas y piso del redondel se encuentran en buen estado, sólo es cuestión de darle un mantenimiento menor para que en cualquier momento se pudiera hacer uso de estas funcionales instalaciones pensadas para la presentación de eventos artístico-culturales.

Si bien el ex gobernador Mariano González Zarur decidió no terminar esta magna obra, hoy, la apertura, sensatez y sensibilidad política mostradas por el actual mandatario estatal Marco Mena, abre la posibilidad de que, por lo menos, el ágora se ponga al servicio de los innumerables grupos artísticos y culturales integrados por tlaxcaltecas de todas la edades, cuya creatividad y talento han quedado demostrados tanto a nivel local como regional y nacional, e incluso, a nivel internacional, y que, precisamente por falta de espacios destinados a la cultura y las artes, muchos de éstos se han perdido en el anonimato.

En efecto, es una obra inconclusa, le faltan varios servicios, entre los principales se encuentran la iluminación y los servicios sanitarios. No obstante, para el primer caso los eventos se programarían durante las mañanas y tardes; para el segundo caso se tienen plazas comerciales aledañas en las que se podría hacer uso de ese servicio. Pregunto: ¿acaso en los eventos que se llevan a cabo en el zócalo capitalino, la Plaza Xicohténcatl o la Plaza Juárez se le ofrece al púbico servicio sanitario?

Quizá más adelante se podrían complementar estos servicios a través de la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi). Servicios a los que se sumaría una discreta vigilancia por parte de los cuerpos de seguridad, esto con el propósito de evitar que hubiera intentos de ingresar a áreas prohibidas por encontrarse éstas en obra negra.

Así, se evitarían congestionamientos viales en el centro de la ciudad capital, al trasladar a este apropiado espacio algunas de las actividades y eventos que actualmente se llevan a cabo en esta área urbana.

Si algún comentario negativo se pudiera decir de este teatro al aire libre, sería la errónea construcción de unos pésimos arcos que alguien quiso fueran tipo “conopial”, y que sólo quedaron como una aberrante muestra de una necedad ingenieril.

Y, bueno, lo más deseable sería que Marco Mena contemplara la terminación de la Plaza Bicentenario, lo que sin duda sería una excelente decisión, ya que esta obra se sumaría a las otras tres importantes que se encuentran en proceso de construcción: la modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco, el Hospital General de Tlaxcala y la ampliación del Estadio Tlahuicole. Obras que están marcando el sello de la presente administración gubernamental.

Más allá de considerar el sexenio en el que fue iniciado este complejo arquitectónico destinado a la cultura y el arte, sería la población tlaxcalteca la directamente beneficiada al contar con un teatro con capacidad para mil 500 espectadores, en tanto que el Teatro Xicohténcatl apenas cuenta con alrededor de 350 asientos. Acción que impactaría en los sectores turístico, comercial y de servicios, con la consiguiente derrama económica en beneficio de estos mismos.

Quizá terminar la Plaza Bicentenario sería posible si se hicieran las gestiones correspondientes ante el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, vía la Secretaría de Cultura, más aún cuando se supone que esta dependencia federal tendrá su sede en Tlaxcala capital. Ha dicho López Obrador que: “amor con amor se paga”, pues, habría que aprovechar ese amor que dice sentir por los tlaxcaltecas.

PD.- Pregunta: ¿alguien sabe qué pasó con el tan pomposamente anunciado Consorcio de Investigación y de Innovación en el Estado de Tlaxcala?

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