
- En el Foro-Encuentro Internacional La Protección del Patrimonio Cultural como Derecho Colectivo, afectados por plagio expusieron que sus creaciones son recintos de identidad
Ciudad de México, mayo de 2019 (Redacción).- Luego de más de siete meses en los que se han realizado diversas mesas de trabajo para resolver el problema del plagio que han sufrido diversos pueblos y comunidades indígenas, se acordó reconocerles como titulares del derecho que genere el uso y aprovechamiento de sus elementos culturales e identitarios en la ley que se presentará en el Senado de la República.
Esta fue una de las conclusiones a las que se llegó en la primera jornada del Foro-Encuentro Internacional La Protección del Patrimonio Cultural como Derecho Colectivo, con el propósito de establecer condiciones de justicia para estas comunidades.
Durante la primera mesa de trabajo titulada En voz de las y los afectados: exposición de casos y experiencias internacionales sobre defensa del patrimonio cultural y casos de plagio del patrimonio cultural inmaterial, se dio a conocer que son las empresas francesas las que más plagios de diseños indígenas han llevado a cabo.
Mientras que afectados por casos de plagio de sus diseños tradicionales advirtieron que sus creaciones son, ante todo, recintos de identidad, donde plasman su cosmovisión e historia.
Angelina Aspuac de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez, que agrupa a tejedoras mayas de Guatemala, indicó que la suya ha sido una lucha de resistencia en contra de las amenazas y el plagio de sus tejidos.
Denunció que muchas empresas se aprovechan de sus creaciones de manera ofensiva, ya que trajes ceremoniales sagrados son usados en desfiles de moda o los diseños de sus huipiles son plasmados en bermudas “de cabeza”, en un afán por occidentalizar un estilo que ellos llaman inspiración y fusión, cuando ello se trata de un robo.
Por su parte, la especialista Lourdes Arizpe celebró la realización de este encuentro que busca quebrar la fosilización de las políticas públicas en materia de protección de las artes indígenas.
Consideró que las creaciones artesanales son algo espiritual de los pueblos, que surgen en contextos sociales y culturales específicos, por lo que se debe defender la creatividad mexicana que data de milenios de años, la cual no puede verse como mercancía.
En este sentido, indicó que la invasión de “baratijas” de países asiáticos es un crimen cultural que ha afectado gravemente a los artesanos de México, y ante este escenario se requieren leyes, procuradores e instituciones con elementos jurídicos para defender la creatividad nacional.
Este derecho, según se precisó en la segunda mesa de trabajo de este foro titulada Prácticas legislativas internacionales de protección, defensa y promoción del patrimonio cultural inmaterial de pueblos y comunidades indígenas, es colectivo, ya que pertenece a toda la comunidad y es ella la que tendrá la titularidad para decidir a quién se autoriza su uso.
La titularidad será un derecho a perpetuidad, inalienable e imprescriptible y ningún miembro de la comunidad podrá negociar permisos de uso y aprovechamiento a título individual.
En el foro, organizado por la Secretaría de Cultura, el Senado y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Senadora Susana Harp adelantó que ya se prepara la edición de un folleto en el que se plasmarán las directrices de esta nueva ley general para la salvaguarda de los elementos de la cultura e identidad de pueblos y comunidades indígenas.
Sin embargo, advirtió que es necesario el compromiso de los gobiernos federal, estatales y municipales, para su cumplimiento a fin de evitar que empresas se apropien del conocimiento ancestral de las comunidades.
Finalmente, Frédéric Vacheron, representante de la UNESCO en México, lamentó el uso y plagio de los elementos culturales con fines comerciales y sin ningún respeto a la espiritualidad que implican, toda vez que forman parte de un sistema de símbolos y valores.
Precisó que las medidas de protección para este conocimiento deben incluir la realización de inventarios y la utilización de indicaciones geográficas como la denominación de origen, que es una herramienta poderosa que permite a las comunidades identificar sus expresiones culturales.
AGB