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Raúl Contreras Flores
Tlaxcala, Tlax., 14 de agosto de 2023.- Después de la multitudinaria Marcha por Tlaxcala realizada el miércoles de la semana pasada, a la que concurrieron miles de afiliados de los sindicatos de burócratas y del magisterio -específicamente la sección 55-, miembros de la sociedad civil, ambientalistas, familiares de personas no localizadas, padres de familia de presuntas víctimas de feminicidios, vecinos opositores a la construcción del Autotrén y representantes de municipios en conflicto, en demanda de solución a problemas de carácter sindical, social, político, ambiental, de aplicación de justicia y contra la corrupción, era deseable encontrar una respuesta seria y responsable de parte del triunvirato Lorena Cuéllar-Sánchez Anaya-Sergio González, los detentadores del poder en el estado.
Sin embargo, hasta el momento no se tiene viso alguno de que esto haya sucedido, lo único que se sabe es de la continuidad de la ominosa gira turística emprendida por la mandataria estatal en su llamado TrophyTour, para promocionar el gran negocio que le representa la realización del mundial de voleibol playero. Absurdas acciones de gobierno mediante las cuales pretenden vender paraísos playeros artificales en entidades federativas que cuentan con cientos de kilómetros de litoral y hermosas playas naturales (¿qué pensarán los nativos de esos paradisíacos lugares?). Como este turbio negocio se encuentran otros más, por ejemplo, la cuestionada licitación de los módulos médicos y la pretendida concesión del Autotrén, además del fallido antro que se acondicionó en la azotea del Museo de Arte, los derroches en la SEPE-USET, en la Secture, en la Coordinación de comunicación, sólo por citar algunos.
Acciones que demuestran que para el triunvirato es más importante el negocio que gobernar, por lo que, en Tlaxcala no se puede hablar de la existencia de un gobierno, sino de una gerencia administrativa que lo único que busca es obtener el máximo de ganancias a través de turbios negocios.
Por supuesto, los lacayos aparecieron de inmediato en defensa de sus patrones, a uno se le ocurrió la brillante ideota de colocar viniles microperforados en automóviles particulares con frases de apoyo a Lorena Cuéllar. En tanto que otro ex priista salió a descalificar y despotricar en contra de la histórica marcha del 9 de agosto. Estrecha memoria y corta visión la de este último, ya que la dura protesta nace a raíz de la poca o nula capacidad de quienes están al frente del gobierno y no han podido o no han tenido interés en dar solución a todas y cada una de las demandas expuestas. Tampoco el naciente movimiento social ha sido entregado a ningún partido político, los cuales, para fortuna de Morena, andan más que extraviados.
Se le olvida al dirigente estatal neomorenista que, si el partido creado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador fuera oposición, sin duda ya estuviera encabezando estas justas causas político-sociales. Lamentablemente, los militantes fundadores de Morena en Tlaxcala permanecen callados, sumisos ante el avasallamiento de los prianredistas que han tomado por asalto a su partido y el poder.
Por ello será muy importante conocer el origen y trayectoria política de los candidatos que habrán de participar en el próximo proceso electoral. El hecho de que se presenten enfundados bajo los colores de Morena no significa que vayan a entregar buenos resultados a sus representados.
En contraparte, organizaciones como la Coordinadora Nacional de la Sociedad Civil (Conaso), presidida por Domingo Meneses Rodríguez, dan muestra de cómo, más allá de colores partidistas, se pueden defender los legítimos intereses de la población a partir de las denuncias debidamente sustentadas ante las instancias correspondientes, en este caso, referentes a los graves actos de corrupción e impunidad en los que presuntamente han incurrido autoridades municipales, diputados locales y servidores públicos.
Recordemos la demanda de juicio político interpuesta por Domingo Meneses en contra de todos los diputados de la LXIII Legislatura local, por el presunto fraude y desvío de recursos cometidos a través del llamado “fondo moche”, un fideicomiso manejado por los ex legisladores por el cual pasaron alrededor de mil 300 millones de pesos. Así como las denuncias de obras “fantasma” que, con expedientes en mano, ha hecho públicas el dirigente de la Conaso.
En efecto, las autoridades competentes han hecho caso omiso de estas acusaciones, sin embargo, el trabajo de este luchador social ahí está, y seguramente va a seguir dando de qué hablar en los próximos días.
Mientras tanto, preparémonos para continuar observando la frivolidad con la que el triunvirato conduce el gran negocio llamado Tlaxcala.
El tema de la llegada de la Marina a la entidad en otra entrega. Saludos.