panorama21
Varios son los temas políticos que en estos últimos días han salido a la luz pública. Uno de estos, el más relevante, se refiere al segundo informe de gobierno que el próximo viernes 8 del presente mes habrá de presentar Lorena Cuéllar Cisneros.
Razón por la cual, anda muy apurada colocando primeras piedras de todo tipo de obra pública; diferentes medios de comunicación impresos, electrónicos y digitales están inundados de publicidad en la que anuncian cifras alegres y maquilladas, que contrastan con “otros datos” que obran en poder del pueblo sabio.
Entrevistas a modo en las que, sin pudor alguno, la mandataria estatal afirma que en su administración se trabaja bajo una política de erradicación de la corrupción y el abuso de poder. Para quienes hemos denunciado lo contrario, y demostrar nuestro “error”, bastaría con que instruyera a sus secretarios a abrir expedientes y transparentar públicamente el manejo de los recursos públicos que se han ejercido, por ejemplo, en las secretarías de Turismo, de Infraestructura, de Educación Pública, de SC, de Salud, de Impulso Agropecuario, de Medio Ambiente, de Bienestar; o bien, en dependencias como el ITIFE, la PGJE, las universidades estatales, el Cobat, el CECyTE, la Coracyt, la Coordinación de Comunicación Social, entre otros, y dar la certeza de que, efectivamente, la máxima lopezobradorista de “no robar, no mentir y no traicionar”, se aplica en la entidad tlaxcalteca.
Y, ya que se anuncian tantos inicios de obras, lo importante será conocer cuánto van a costar y quiénes las van a ejecutar. Finalmente, los más de 21 mil millones de pesos invertidos en Tlaxcala son de origen federal, por lo tanto, la Auditoría Superior de la Federación puede y debe auditar la aplicación de esos recursos.