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Los hechos violentos que se suscitaron el día de ayer en el municipio de Zacatelco no son asunto menor. Desde meses atrás se ha denunciado una larga lista de irregularidades en las que presuntamente ha incurrido el presidente municipal, Hildeberto Pérez Álvarez, sin que a la fecha exista alguna respuesta por parte de las autoridades competentes.
Ante tal impunidad, decenas de civiles apostados en una de las entradas al Palacio Municipal propinaron severa golpiza a un grupo de ciudadanos inconformes, esto ante la indiferencia de los uniformados municipales, hecho que muestra el grado de descomposición que priva al interior del ayuntamiento.
Y, lo que ha sido un secreto a voces desde el inicio de la actual administración, en el sentido de que Pérez Álvarez habría llegado a la presidencia con el apoyo de la delincuencia organizada, cobra relevancia, ya que el día de ayer voces de ciudadanos denunciaron que en ese grupo de golpeadores se encontraban personas originarias de otro país.
En este delicado asunto, el gobierno del estado tomó la decisión de que la Secretaría de Seguridad Ciudadana, junto con la Marina, tomen el control de la seguridad en Zacatelco, entre otros acuerdos con las partes en pugna.
No obstante, el asunto debe ir más a fondo, por ejemplo, investigar quiénes integran ese grupo de paramilitares, quién ordenó su formación y bajo las órdenes de quiénes actúan.
La anunciada “barrida” no tan sólo debe ser dentro del cuerpo policíaco, sino desde quien encabeza la administración municipal junto con quienes integran su cabildo.
Hoy tomaron desprevenido al valiente pueblo de Zacatelco, no provoquen a que éste se organice y esto termine con fatales consecuencias.