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Foto: Cortesía
panorama21
Gracias a un reporte enviado a la línea 089 de denuncia anónima y a una llamada realizada al Servicio de Emergencias 9-1-1 durante la madrugada del día de ayer, fue posible detectar la presencia de 726 migrantes centroamericanos hacinados en una construcción en obra negra en la cabecera municipal de Cuaxomulco.
Esto significa que las fuerzas de seguridad, tanto locales como federales, por sí mismas, en “ningún momento” se percataron del traslado de este importante número de personas en manos de presuntos traficantes.
Lamentablemente, esta situación no es nueva, en otros momentos se han suscitado hechos similares en diferentes regiones de la entidad, aunque en esta ocasión no deja de llamar la atención la alta cantidad de migrantes concentrados en un mismo sitio; por cierto, una construcción que, se presume, es propiedad de un ex presidente municipal, hoy con funciones dentro del gobierno lorenista.
Sin duda, esta es una muestra contundente de la presencia de la delincuencia organizada dedicada al tráfico de personas en Tlaxcala que el pregonado “trabajo de inteligencia” de las fuerzas de seguridad no ha podido detectar, mucho menos evitar, y que, por el contrario, pudieran existir redes de complicidad.
Resulta inverosímil creer que la policía municipal de Cuaxomulco, como primera respondiente, no se haya dado cuenta del acarreo y la entrada y salida de vehículos en plena madrugada, en una construcción abandonada; por lo tanto, la investigación debería iniciar con las autoridades de ese municipio.
No olvidar el caso de un operador nativo de ese lugar que desde hace años se encuentra desaparecido, justamente cuando transportaba migrantes en el estado de Tamaulipas.
Las cada vez más extensas redes de traficantes de personas que cruzan por territorio tlaxcalteca inician sus operaciones desde la frontera sur, así lo hicieron saber migrantes que han dado su testimonio a este medio.
