▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador rifó su reloj en su última conferencia matutina de su sexenio. Participaron 86 miembros de los medios de comunicación. Foto María Luisa Severiano
- Resaltó el paso de la GN al mando de la Sedena
Alonso Urrutia y Emir Olivares
Periódico La Jornada
Martes 1º de octubre de 2024
Durante la última conferencia matutina en su gestión, el presidente Andrés Manuel López Obrador promulgó las últimas dos reformas constitucionales que el Congreso de la Unión aprobó bajo su Presidencia. Subrayó la relevancia que tendrá el traslado de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), pues le dará solidez, permanencia, disciplina y manejo honesto. Sobre todo que no se vincule a la delincuencia organizada ni a la de cuello blanco.
Con la presencia de los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; de Marina, Rafael Ojeda; de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez; de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, y de Gobernación, Luisa María Alcalde, sostuvo que es imprescindible que se mantenga siempre la frontera, la línea divisoria, entre delincuencia y autoridad, porque cuando eso se pierde ya no hay garantía de nada.
Recordó que a lo largo de su administración se fue construyendo esta corporación, que en la actualidad cuenta con 130 mil elementos y con 500 cuarteles en todo el país. López Obrador aseguró que es una institución acreditada para proteger a los ciudadanos.
De igual forma, promulgó la reforma que reconoce a los pueblos indígenas como sujetos de derecho, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Fue la última de las resoluciones que firmó en su administración, de la cual, aseguró, se va «muy satisfecho por el cariño de muchos mexicanos, mujeres, hombres, cosa que agradezco de todo corazón. Me dediqué a servir al pueblo
«.
López Obrador enfatizó que se dio preferencia a los más necesitados, con lo que se pudo llevar a la práctica el principio: “por el bien de todos, primero los pobres. Y no sólo fue una proclama, un lema, sino que se convirtió en una realidad porque logramos –y ese es otro timbre de orgullo– reducir la pobreza y la desigualdad en nuestro país, a pesar de la pandemia que tanto dolor nos causó y nos tumbó la economía como no sucedía en más de un siglo”.
Más adelante, como parte de un informe de la evolución de las diversas variables económicas, sociales y de seguridad que presentó como colofón de su gobierno, señaló que las proyecciones establecen que al final de su gobierno alrededor de 9.5 millones de personas habrán salido de la línea de la pobreza. Indicó que se ha puesto especial énfasis en las entidades donde hay mayor marginación, pues en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, prácticamente en todos los hogares llega un programa social.
Hizo una presentación de las variables económicas: se generaron 2.4 millones de empleos, alrededor de 400 mil anuales, con los cuales actualmente hay en el IMSS 22.4 millones de trabajadores inscritos; el promedio de salario en México alcanzó 17 mil 691 pesos, en tanto que el país tiene una tasa de desempleo de 2.7 por ciento, igual a Japón y sólo por debajo de Corea del Sur, con 2.4; las reservas internacionales son de 226 mil millones de dólares, las más elevadas de la historia, y se espera concluir este año con 65 mil millones de dólares de remesas.
En materia de seguridad, López Obrador manifestó que se recibió al país con un incremento sostenido de asesinatos desde el gobierno de Felipe Calderón, cuando se incrementó 192 por ciento; con Enrique Peña Nieto fueron 59 por ciento al alza y en este sexenio se redujeron 19 por ciento. «Nos costó mucho detener el aumento y empezar a reducir, porque se crearon las bandas durante el periodo neoliberal, se apoyaba a la delincuencia, el gobierno en sí encarnaba la delincuencia
«.
En su informe final hasta de la felicidad hubo reporte: «subimos 11 lugares en el sexenio, estamos ahora en el lugar 25 a nivel mundial, entre los pueblos más felices del mundo
«.
Tomado de: https://www.jornada.com.mx/2024/10/01/politica/004n1pol