8 de julio de 2025
Cartel Plaza Insurgentes 1
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  • Propone Anabel Ávalos realizar debates fuera de los dos obligatorios establecidos por el ITE
  • Necesario conocer trayectoria y alternativas de gobierno de los aspirantes
  • Elevar el nivel de las campañas proselitistas, hoy inmersas en guerra de descalificaciones y calumnias

 

El pasado lunes en el programa nocturno “Al pan, pan, y al vino, vino” que se transmite en vivo vía Facebook, Anabell Ávalos Zempoalteca, virtual candidata al gobierno del estado por la coalición “Unidos por Tlaxcala”, integrada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD), Alianza Ciudadana (PAC) y Socialista (PS), entre otros interesantes temas abordados, lanzó el reto de realizar debates fuera de los dos obligatorios establecidos por el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE).

Sin duda, sería una excelente oportunidad para que quienes aspiran a ocupar el mismo cargo, de frente al electorado mostrarán sus respectivos programas de gobierno y cómo trabajarían para alcanzar las metas trazadas.

Los dos debates obligatorios programados por el órgano electoral local son insuficientes para conocer la trayectoria personal en cuanto a experiencia política, cargos desempeñados y resultados ofrecidos por cada uno de los aspirantes, factores fundamentales para que el ciudadano tome la mejor decisión el día de los comicios que se celebrarán el próximo 6 de junio.

Más allá de las “preferencias electorales” que casi a diario nos muestran las diferentes empresas encuestadoras, en donde de manera invariable aparece a la cabeza Lorena Cuéllar Cisneros, virtual abanderada de la coalición “Juntos Haremos Historia en Tlaxcala”, conformada por los partidos de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza de Tlaxcala (Panal) y Encuentro Social de Tlaxcala (PEST), sería sano que, en un ejercicio democrático, la también ex delegada de la Secretaría de Bienestar aceptará participar en los debates no oficiales propuestos por su adversaria política Ávalos Zempoalteca.

Sobre todo, porque no es lo mismo formar parte del partido fundado por el hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien mantiene el apoyo incondicional de millones de mexicanos, que aspirar a una gubernatura con un proyecto de gobierno personal cuya esencia el ciudadano desconoce y que, en algunos casos, llámese diputado local, diputado federal o incluso gobernador, no necesariamente contempla los preceptos políticos e ideológicos bajo los cuales se conduce el mandatario federal; prueba de ello es el pésimo trabajo realizado por la fracción parlamentaria “morenista” de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado, así como el de los tres diputados federales por Tlaxcala que llegaron al cargo bajo el cobijo de Morena, y hoy sólo se mantiene en sus filas el presunto acosador sexual Rubén Terán Águila, en tanto que José de la Luz Sosa Salinas y Claudia Pérez Rodríguez, suplente de Lorena Cuéllar, cual viles chapulines, saltaron a otro partido.

Representantes populares que, de una u otra manera, fallaron a la máxima lopezobradorista de “no mentir, no robar y no traicionar”; por lo que no basta con ser militante, ni simpatizante de Morena, ni “gente cercana” al titular del Ejecutivo federal para garantizar que su proyecto político personal persiga los objetivos de lograr la Cuarta Transformación y, en cambio, sólo sea una mera ambición de poder para satisfacer intereses personales, familiares o de grupo.

Debates que servirían también para aminorar la escalada de violencia, de descalificaciones y difamaciones que se expresan a través de las redes sociales, al plantear de cara a la sociedad los respectivos programas de gobierno enarbolados por los diferentes aspirantes.

Elevar el nivel político de las campañas proselitistas debe ser un compromiso ineludible por el bien de la población tlaxcalteca, a nadie sirve el golpeteo que se da entre las dos principales aspirantes a suceder en el cargo a Marco Antonio Mena Rodríguez, me refiero a Anabel Ávalos Zempoalteca y Lorena Cuéllar Cisneros, lo deseable es conocer sus respectivas alternativas de gobierno, más allá de que una sea “más de lo mismo” y la otra una “fifí”.

Tlaxcala necesita saltar a otro estadio en el ámbito nacional, dejar de ser visto como el “pueblote”, el referente nacional e internacional de la cuna de trata de personas o del «padrotismo»; dejar de ser el estado dominado por familias en los gobiernos estatal y municipales, apropiadas también de los partidos políticos.

El crecimiento alcanzado en varios rubros por la actual administración estatal en tan sólo cuatro años debe continuar, lo cual ha merecido el abierto reconocimiento en varias ocasiones por parte del mismo presidente López Obrador.

La batalla electoral, en estos tiempos de terrible pandemia, debe ser cara a cara entre los contendientes, es una grave irresponsabilidad insistir en organizar reuniones presenciales con los electores por mínima que sea la concurrencia, las probabilidades de contagio y consecuencias fatales aún son mayúsculas.

Por descabellada que pareciera, la propuesta de Anabell Ávalos Zempoalteca ante las actuales circunstancias es para tomarse en consideración; si Lorena Cuéllar se siente segura por el “alto margen” que a su favor le dan las diferentes encuestas, no debe rehuir a la discusión abierta, el electorado tlaxcalteca necesita conocer todas las propuestas, y las campañas proselitistas son muy cortas.

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